Aunque hemos visto casos de mejoras realizables por los propios alumnos, lo normal es que salgan a relucir actuaciones propias del Ayuntamiento, y éstas tardan en materializarse. Para quienes no conozcáis las tripas del Ayuntamiento, os contamos que una propuesta para, por ejemplo, ensanchar una acera, requiere que los arquitectos municipales la conviertan en un proyecto de obra, que el proyecto sea aprobado, después de ser informado por distintos departamentos, y que se le asigne partida presupuestaria. Aquí suele estar una de las principales dificultades: los presupuestos se aprueban de un año para otro, con lo que no es de extrañar que desde el diagnóstico hasta el proyecto ejecutable, trascurran muchos meses.
En el instituto Ortega y Gasset realizaron el diagnóstico en marzo de 2014 y en 2015 vieron los primeros resultados.
Entonces se observó, por ejemplo, que el acceso al paso de peatones de la calle Santa Fé, además de estrecho para la gran afluencia que tiene, estaba en mal estado y con alcorques vacíos, convirtiéndose en un quebradero de cabeza diario para los vecinos del barrio. Se propuso la ampliación de la acera a costa de dos plazas de aparcamiento y su acondicionamiento, actuaciones que se realizaron el año pasado.
La plaza de delante de la entrada del instituto tampoco era muy amigable que digamos. Entre los coches y las trampas para el peatón que suponen los alcorques vacíos, las horas punta multiplicaban las incomodidades.
Aquí podéis ver el antes y el después de las actuaciones.
En el caso de las calles adyacentes, a la vista del creciente uso ciclista en el barrio, se propuso su señalización como ciclocalles. En ambos ejes la velocidad de los coches se convertía en la principal enemiga de la bicicleta. Estas fotos se realizaron en el diagnóstico:
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